Don Josep Borrell, galardonado con el I Premio Beato de Liébana el pasado 21 de Abril, encontró unos minutos en su apretada agenda para intercambiar impresiones con el Punto de Información Europeo del Grupo de Acción Local Liébana, financiado por la Dirección General de Economía y Asuntos Europeos del Gobierno de Cantabria.

En una breve charla, el expresidente del Parlamento Europeo ofreció sus impresiones en torno al Patrimonio como eje de vertebración de Europa, sobre la acción de la UE en relación al medio rural y sobre la necesidad de aportar valores del medio rural a la construcción del proyecto europeo.

Continuando la línea abierta en su discurso de aceptación del Premio Beato de Liébana, el expresidente del Parlamento Europeo destacó la importancia que “nuestro patrimonio cultural, artístico, arquitectónico, está profundamente relacionado con el de los demás, no olvidemos que mucho de nuestro patrimonio arquitectónico se hizo cuando Europa estaba unificada bajo el imperio carolingio, y que las órdenes religiosas han vertebrado varios países a la vez, la orden del Císter, la orden de Cluny, han construido en todas partes de Europa, los arquitectos de mis iglesias del valle de Boí son italianos y cuando ves esas torres te parece que estás viendo un campanile toscano. Tenemos una unidad de estilos arquitectónicos, el románico, el gótico, el renacentista, que demuestran que Europa ha sido una comunidad cultural”, y como es evidente, Liébana, con una gran variedad de construcciones de estilo románico, como Santo Toribio o Santa María de Piasca, no es ajena a esta vertebración artística, que le hermana con núcleos históricos franceses como los presentes en la zona de Occitania.

El antiguo eurodiputado recalcó también la importancia de aplicar valores clásicos del ámbito rural en la búsqueda de soluciones a problemas que competen a toda la Unión Europea, y destacó cómo “La solidaridad está en la base de la construcción Europea, y si ésta no progresa es porque no somos capaces de ejercer más solidaridad y establecer más vínculos comunes. En las comunidades rurales, la solidaridad y la ayuda mutua es una condición de supervivencia, es un valor que nace de la cotidianidad, y a medida que las relaciones humanas se despersonalizan en los grandes núcleos urbanos, la solidaridad se ejerce menos porque te son más ajenos tus vecinos. Yo he nacido, me he criado en el Pirineo, y también las rencillas son más intensas, pero el esfuerzo solidario se convierte en una cuestión de supervivencia, y eso no ocurre así en los grandes núcleos urbanos, aunque ahora aparecen movimientos solidarios en las grandes ciudades, precisamente porque la proximidad hace tomar conciencia a la gente de que sus problemas son comunes, y que para hacerles frente hace falta un esfuerzo coaligado, desde la lucha contra el cambio climático hasta la asimilación de los inmigrantes, esto son problemas que exigen un esfuerzo común y solidario”

Defensor de la importancia de la acción europea hasta el final, Borrell también quiso reseñar que la Acción de la Unión Europea en el mundo rural “ha sido muy importante, en España en particular la agricultura y la ganadería de montaña no existirían si no fuera por las subvenciones europeas”, pero no sólo en las zonas de montaña “incluso en grandes extensiones mesetarias, que si no han quedado completamente deshabitadas es porque existe un gran apoyo al mundo rural por parte de la Unión” por vía de “subvenciones a la renta y también en la construcción de infraestructuras”, destacando, en su continuada defensa de la acción de la Unión Europea, que “no es suficiente, pero ha hecho mucho, y si no se hace más en el mundo rural es porque las competencias que tiene son también limitadas”.

Las palabras de este gran europeísta y hombre de estado deben servir para recordarnos que el medio rural juega un papel muy importante en la construcción del presente y del futuro de la UE.